Son las 5 y 15 minutos de la tarde de un jueves que parece normal. La atmósfera de la oficina me mantiene desconectado de lo que pasa en el campus universitario. Trabajo en la redacción del próximo Ucabista al día, que está centrado en el ingeniero infraestructural “por excelencia” de la Universidad. El sueño me domina y solo pienso en la presentación del libro nuevo editado de “Pancho” Massiani a la que pretendo asistir. Quizás tenga suerte y pueda intercambiar unas palabras con tan admirado escritor.
Levanto la cabeza por un segundo al escuchar a la jefa de redacción vociferar que el río Guaire está a punto de desbordarse. –Falta un centímetro en la Fajardo a nivel de Prados del Este para que supere su nivel-. Prendemos la televisión de la oficina, y un reportero de Televen –el único canal que capta la modesta señal del aparato- confirma la información. Quince mensajes en el celular, llamadas nerviosas, rumores de hampa –como de costumbre- y González González mencionando en rueda de prensa que nos encontramos en estado de “Emergencia Nacional”.
El resto es historia. Atrapado en la Ucab escucho los comentarios de las personas. Carros flotando, derrumbes en barrios, baruta en emergencia, ladrones en la autopista, defensa civil incompetente, ¡elecciones el domingo!, y si, hasta puedo escuchar la frase: esto es una trampa del gobierno. Había humor en el tono de voz de esa persona, mas vivimos en un estado de eclecticismo en Caracas que permite llegar a conclusiones tan inverosímiles.
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